Versión TH=0 TR=N
El termómetro marca cuarenta grados. La mente de Boris, que
es aún un pequeño niño, empieza a delirar, la realidad empieza a desvanecerse y
cede el paso a las alucinaciones, que siempre tienen un tema recurrente, un
precipicio sin fin en el que se cae sin tocar jamás el fondo. Pronto empezarán
a escucharse sus gimoteos, que estarán acompañados de movimientos espasmódicos
que indicarán a quienes lo vigilan que su mente ha perdido la conciencia, y solamente
podrá ser recuperada el momento que la fiebre empiece a ceder.